"Los nuevos edificios podrían considerarse como potenciales sumideros globales de carbono. Así como en los últimos siglos hemos extraído minerales de hierro para acero, piedra caliza y, sobre todo, energía fósil de agujeros cada vez más profundos en la tierra, llenando la atmósfera y calentándola para poder colocar en el suelo estructuras que pesan toneladas, en este siglo tenemos que invertir este proceso. Sólo se utiliza lo que se extrae del aire y retiene el CO2 durante mucho tiempo en la madera. La madera no crece después del hormigón, pero cuando los árboles escasean, casi la mitad de la madera recolectada se quema. Si se combina inteligentemente la transición energética con el sector de la construcción, hay suficiente energía para calefacción y suficientes materiales de construcción ante nosotros, y todavía es mucho más saludable para los residentes. necesidad. A medida que crece la población mundial y el número de niños, aumenta naturalmente la necesidad de castillos de arena."​Cita del libro: Hombre Tierra, ¡podríamos tenerlo tan lindo! 

 

Autor: Eckard von Hirschhausen, dtv Verlagsgesellschaft mbH & Co. KG​